200 g de pasta quebrada 750 g de requesón 6 cucharadas de miel 1 sobre de gelatina en polvo 1 vaso de agua 1 cucharada de mantequilla para engrasar1. Precalienta el horno a 180ºC. Engrasa un molde para horno con mantequilla, fórralo con la pasta quebrada y recorta los bordes o bien enróllalos; pincha la base, cúbrela con papel de horno y vierte sobre ella varios puñados de legumbres para que la pasta no se levante con el calor; hornéala 10 minutos.
2. Retira el papel y las legumbres e introdúcela en el horno otros 10 minutos más.
3. Pela y pica la mitad de la piña y corta en rodajas finas la otra mitad.
4. Mezcla la miel con el requesón y la piña picada, añade la gelatina previamente disuelta en un vaso de agua y vuelve a mezclarlo; extiende el relleno sobre la pasta quebrada y refrigera la tarta durante 30 minutos.
5. Retírala de la nevera, desmóldala y cubre toda su superfície con las rodajas de piña; decórala, finalmente, con unas hojitas de menta y una guinda.
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