El flujo vaginal forma parte de la intimidad femenina, pues aunque en ocasiones resulta muy molesto, este cumple funciones muy importantes como limpiar y humectar la vagina, además de crear una barrera protectora para combatir y prevenir diferentes tipos de infecciones.
Es normal que la cantidad, color y textura del flujo vaginal varíe de mujer a mujer, pues todo depende de sus cambios hormonales y de la manera en que trabajen sus glándulas vaginales y el cuello uterino para transportar este líquido hacia el exterior.
Como mujeres, es muy importante saber que la presencia de flujo vaginal no siempre indica una infección y es algo muy normal de lo que no tenemos que sentir vergüenza.
Sin embargo, también se debe tener claro que en ocasiones este puede tener algunas alteraciones y cambios que pueden indicar un problema.
¿Cuáles son los cambios del flujo vaginal que debes tener en cuenta?
La mayoría de cambios que se producen en el flujo vaginal son el indicio de una infección por hongos, virus o bacterias, o algún tipo de enfermedad de transmisión sexual. Cuando estos cambios se empiezan a presentar, por lo general, vienen acompañados de otros síntomas que pueden alertar sobre el problema.
En la primera parte del ciclo menstrual, justo antes de ovular, el flujo vaginal es cristalino y su textura es similar a la de una clara de huevo. La presencia de este flujo indica que la etapa de la fertilidad está en su punto más alto.
Antes de la menstruación, segunda etapa del ciclo, el flujo es más espeso, menos abundante y más pegajoso.
De color blanco
Si el color del flujo ha cambiado a un color blanco espeso y grumoso, similar al de la leche cortada, es muy probable que se esté sufriendo de una infección por hongos provocada por la cándida.
Este tipo de alteración suele venir acompañada de frecuente comezón vaginal y, el flujo se termina pegando de las paredes vaginales.
A pesar de esto, es importante saber cuáles son los cambios del flujo vaginal que se deben tener en cuenta para atender la infección o enfermedad de manera oportuna.
A nivel general, un flujo vaginal es considerado anormal cuando:
- Tiene cambios en el olor (en especial si es desagradable).
- Cambia su color (en especial si se vuelve verdoso, grisáceo o se asemeja al pus).
- Presenta cambios en la textura (espumoso o semejante al requesón).
- Provoca picazón, ardor, hinchazón o enrojecimiento vaginal.
- Hay un sangrado vaginal que no corresponden al periodo menstrual.
Para tener una idea más clara del problema de salud que puede estar indicando el tipo de flujo vaginal, a continuación vamos a mencionar de manera más específicalos cambios que puede experimentar y el tipo de enfermedad que puede estar indicando de acuerdo a su color y demás síntomas.
Cambios naturales
Aunque esta infección puede ocurrir en cualquier momento del ciclo, suele aumentar durante el período pre-menstrual.
De color amarillo
Este tipo de flujo está provocado por parásitos intestinales, siendo más comunes los tricomonas, que pueden adquirirse por transmisión sexual.
La infección provoca un flujo que varía de tono amarillento a verdoso, además de venir acompañado de olor fuerte, picazón vaginal y dolor al orinar.
El problema suele atacar más en los días posteriores a la menstruación, haciendo que la vulva se irrite y duela. Además, es probable que el coito también provoque un fuerte dolor.
De color gris
Se produce por un tipo de infección bacteriana por lo general atribuida al germen llamado gardnerella, que se transmite sexualmente.
Este flujo se caracteriza además por tener un olor fuerte fétido, similar a pescado, además de ser espeso y abundante.
El germen gardnerella, que está asociado con otros gérmenes llamados anaerobios,provoca lo que para muchos expertos es una catástrofe ecológica en la vagina, que requiere de un tratamiento inmediato para atacar a los anaerobios.
¡Para recordar!
Tener en cuenta que este tipo de cambios es muy importante, en especial si se tiene una vida sexual activa.
Los cambios en el flujo vaginal pueden ser un síntoma claro de una enfermedad de transmisión sexual (ETS), que debe ser tratada de inmediato para que no se convierta en un problema mayor.
Sin embargo, no se deben sacar conclusiones con solo observar, ya que también pueden deberse a otras razones. Lo importante es tener en cuenta todos las alteraciones que puede tener para así saber cuándo puede ser importante consultar al médico.
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